Pequeñas mejoras

El motivo por el cual me decidí a cambiarlo fue porque con el paso de los días no hacía más que ensuciar el escritorio con una acumulación de accesos directos, seguramente debido a esa llamada iconodependencia a la que nos ha sometido y mal acostumbrado microsoft. Descubrir si realmente eran prescindibles con las alternativas que nos ofrece Linux, fue el otro punto del experimento. Las respuestas resultaron favorables a prescindir de los eternos iconos que durante toda la vida han inundado mi monitor conservando tan solo los accesos a los directorios más importantes del sistema. Así conseguimos un escritorio mucho más limpio y cambiamos la filosofía heredada por Windows dándole una utilidad informativa añadiendo temas del SuperKaramba o los equivalentes si tu gestor de ventanas en Linux no es KDE. Aunque hablaré de él algún día y para que sirva de introducción, en el screenshot de mi escritorio los temas de SuperKaramba son esas informaciones del tiempo, el sistema o noticias generales que se incrustan en el propio escritorio. Hay infinidad de temas, yo solo tengo 3 así que podéis haceros una idea del potencial de estas aplicaciones de escritorio.
Esto en cuanto a la estética, sin lugar a dudas no había más que ventajas en este sentido. Pero me quedaba por descubrir mi mayor incertidumbre ¿lograría la comodidad y la inmediatez necesaria para acceder a las aplicaciones sin accesos directos en el escritorio?. Antes de nada decir que todo esto está basado en un gestor de ventanas KDE, para Linux hay muchos otros como Gnome, Fluxbox o Window Maker pero como los desconozco y dado que cada uno es diferente con sus ventajas e inconvenientes quiero dejar esto claro para que no haya equivocaciones, y de paso los dos de siempre se ahorran el comentario en este sentido... xD.
En Linux las aplicaciones son tan cómodas de ejecutar como escribir su nombre y KDE ofrece facilidades en este sentido, como el lanzador de aplicaciones que se ejecuta pulsando Alt+F2, un cuadro donde escribes la aplicación que deseas ejecutar, muy añorado por alguno que yo me sé debido a su incomprensible huida hacia Fluxbox, para que me entiendan, cambiar un Wolkswagen Golf por un 600... xD. En el caso de mi escritorio lo integré, es ese pequeño cuadro que aparece en la parte inferior hacia la derecha. El funcionamiento es el que expliqué: basta con escribir la aplicación que deseas ejecutar y listo. Al empezar a usarlo me acostumbré de inmediato, era una nueva filosofía que desconocía y realmente puedo asegurar que es mucho más cómoda. Además en el menú de inicio KDE tienes los accesos directos a las aplicaciones si por alguna circunstancia deseas abrir los programas a golpe de ratón.
¿Sencillo? Pues sí, todo es cuestión de acostumbrarse y en mi caso la facilidad de uso que nos presenta esta nueva forma de ejecutar las aplicaciones ha resultado mucho más sencilla de lo que en un principio pensaba.
4 comentarios
Cesare -
Se tivese como mandáballe unha captura.
Por certo, perfectamente estable.
Linus Torvalds -
parrulo -
Respecto a la comparación Wolkswagen Golf vs 600, yo diría más bien Hammer vs Mini, respectivamente.
jandro -
Por otra parte... puedes esconder la inestabilidad de tu sistema operativo bajo un escritorio pseudoglamuroso, pero sus deficiencias seguirán estando ahi, cuando tu escritorio falle o no puedas instalar una aplicación consuelate mirando tu escritorio y añorando una estabilidad similar a la mia.
He dicho XDDDDD